Las claves de la nueva Ley de la Cadena Alimentaria
Por tercera vez en menos de dos años se produce un cambio legislativo de gran calado en la ley más importante para el sector alimentario español. El pasado 15 de diciembre se publicó en el BOE la Ley 16/2021, por la que se modifica, una vez más, la Ley 12/2013, de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria (conocida como Ley de la Cadena Alimentaria o LCA).
Los últimos dos años han supuesto una verdadera revolución para la normativa que regula la contratación en el ámbito alimentario. Antes de este último cambio ya se habían producido otros dos recientes. En primer lugar, el generado por el Real Decreto-ley 5/2020, de 25 de febrero, con cambios de gran calado. Y, unos meses más tarde, un segundo cambio a través de la Ley 8/2020.
Esta última reforma de la LCA, la operada a través de la Ley 16/2021, tiene por propósito principal manifestado el transponer a la regulación española de la cadena alimentaria las exigencias de la Directiva (UE) 2019/633 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 17 de abril de 2019. Si bien, de nuevo, la ley española va mucho más allá de las exigencias de la directiva y sigue estableciendo requisitos y obligaciones ajenos a la misma que podrían ser, en algunos casos, poco compatibles con los principios de funcionamiento del mercado interior.